miércoles, 4 de febrero de 2009

Los conquistadores de lo inútil

Hace unos días sentí la necesidad de volver a leer este libro. En su día, lo devoré tan rápido, que apenas me dejó poso... En realidad, en mi memoria solo permaneció una impresión: que estába por debajo de la fama que arrastra su título.

De aquella primera lectura han pasado ya algunos años y tras zambullirme en otro tipo de literatura, tenía ganas de volver a coger un libro de aventuras montañeras y, por qué no, de dar una nueva oportunidad a la obra de Lionel Terray.

La edición que tengo en mis manos, primera edición íntegra en español, no ayuda a una lectura prolongada. Los chicos de Desnivel, no han sido nada generosos con esta obra trascendental en la literatura alpina: La tipografía no puede ser más pequeña y el color negro de la tinta es algo mortecino, tampoco se derrocha en espacio entre líneas, párrafos o márgenes. Con un poco más de "cariño" se hubiera conseguido una obra algo más amplia en volumen pero de mucho más fácil lectura.

Lionel Terray fue un mítico escalador francés que vivió entre 1921 y 1965, que compartió una época gloriosa del alpinismo mundial con otros "desconocidos" como Gastón Rebuffat, Louis Lachenal y Maurice Herzog. Este hombre, casi desde que tuvo uso de razón, empezó a subirse por las piedras y, cuando su padre quiso poner freno a tan poco productiva pasión, resultó ser demasiado tarde.

Terray tiene un currículum montañero impresionante, pero lo más sorprendente es, que a pesar de estar casado, nunca bajó el nivel de exposición, hasta que la muerte le sorprendió inexplicablemente "en un fácil terreno de ensamble de III grado" en el macizo de Vercors, junto a su ciudad natal. Tenía 44 años.

"Los conquistadores de lo inútil" es la obra autobiográfica de este alpinista fuera de serie y, en ella nos cuenta, desde sus primeros pasos en la montaña, hasta julio de 1961, poco después de que se le encargué la dirección de la primera expedición francesa al Jannu.

El libro sufre de altibajos en su ritmo narrativo, si bien, nunca llega a desenganchar de su lectura. Entre los pasajes más intensos, sin duda se lleva la palma la segunda ascensión al Eiger... literalmente devoras las hojas y casi hasta sientes frío... Especialmente cuando Lachenal se ve obligado a vivaquear con toda la ropa empapada... También, he llegado a sentir desesperación, cuando exhaustos y locos por terminar el descenso tardan en encontrar la ruta adecuada... La expedición y conquista del Annapurna, primer 8000 hoyado por el hombre, es para mí, el otro momentos álgido del libro así como trascendental en las vidas de Terray y Louis Lachenal su amigo y habitual compañero cordada. (en la foto en brazos de Terray a su regreso de la expedición)

Un aspecto que llega a resultar "cargante" es el hecho de que Terray no deja de ensalzarse a si mismo durante todas sus peripecias... la cosa va de lo disimulado a lo chocante... Bien es cierto, que sin una gran convicción en uno mismo, nadie hubiera podido protagonizar tan grandes hazañas como las que él emprendió... pero tanta autocomplacencia, aunque quizás justificada, llega a agotar. No lo hace en su auto-presentación, nada más abrir el libro, de hecho, me encanta:
"Nacido al pie de los Alpes, antiguo campeón de esquí, guia profesional, alpinista de grandes courses y miembro de ocho expediciones a los Andes y al Himalaya, he consagrado toda mi vida a la montaña, y soy, si esta plabra tiene algún sentido, un montañero"

También resulta chocante su visión de Gastón Rebuffat... después de múltiples referencias no se si eran amigos, enemigos o si Terray sufría de celos. Lo cierto es, que pasan de escalar juntos a no hacerlo, sin que se explique una razón... A partir de ese momento cualquier referencia positiva a Rebuffat va acompañada de un comentario despectivo que le rebaja en sus méritos.

Otra relación curiosa, es la que mantiene con su mujer... o más bien la que no mantiene, pues Terray hace lo que le sale de los cojones y parece que se pasa por su casa solo para que no se olviden de su cara... Tampoco habla de hijos, ni de su vida en familia... más allá de un corto periodo de tiempo en el que ejerce de granjero, al poco de casarse.

Hay fragmentos que literariamente y, para aquellos que nos gusta la montaña, rozan lo excelente, uno de ellos es cuando narra la muerte de Lachenal

"Pero el destino no quiso que él, que había consagrado su vida a la montaña terminara sus días mediocremente, pisando el suelo de los demás hombres. Una mañana de otoño en la que soplaba un aire fresco y el sol lucía intensamente, se sintió atraído por el viento de las cimas. Como en los grandes días, dejó atrás a los seres y las cosas y, con un amigo al que arrancó a la fuerza de las cálidas sábanas, subió a lo alto. Cuando, encontrándose en un glaciar en el que cada año se deslizan miles de esquiadores, se abandonó a la borrachera de bailar sobre la nieve envuelto en brillantes torbellinos de polvo blanco, se abrieron los labios de una grieta oculta. En un instante, aquel hombre que parecía invulnerable por haber desafiado impunemente a la muerte, ya no era más que una masa de carne y huesos, una masa inerte y rota"

En conclusión, se trata de una obra imprescindible para los que amamos la montaña y admiremos el alpinismo que el practicó. Terray nos cuenta como vivió su vida y como era él. La narración, a veces no mantiene la misma intensidad y sobre todo al final decae un poco. Terray se retrata a si mismo y a sus compañeros de generación, sin cortarse un pelo, ni ahorrarse un adjetivo... Igual que encaró las cimas que conquistó y vivió la vida que vivió. Los Conquistadores de lo inútil no es una obra maestra del género literario montañero, pero es un buen libro y es una gran ventana al alma de un hombre valiente, el alpinista más prolífico de su generación y uno de los más grandes de todos los tiempos.

Si os interesa Lionel Terray, entonces visitad este blog, no os arrepentiréis: http://maraton.blogspot.com/2008/05/lionel-terray-o-la-conquista-de-lo.html

3 comentarios:

Fer dijo...

Buena crítica.
Slds

Anónimo dijo...

Esta entrada se ha hecho esperar pero nuevamente ha merecido la pena. Tengo pendiente este género literario y con tu entrada me ha picado el gusanillo, así que no tardaré.

Alberto B. Goode dijo...

Gracias por vuestra visita, es un libro a leer si sentís interés por los grandes alpinistas de la historia. Dentro de este género, es un libro imprescindible.