Tombuctú, de Paul Auster, llega a mi de manos de Gema, hace ya un par de meses. La primera imagen que tengo del libro es junto a nosotros mientras cenábamos en la pizzería "Don Vito" de Soto del Real. Gema sabe de mi cariño por los perros y hacía ya tiempo que me había hablado del libro en cuestión y de que me lo iba a pasar. Al final no fue un préstamo sino un regalo y lo mejor del mismo es la dedicatoria justo en la página con el título de la obra.
Tenía ganas de leer literatura de calidad que procediera de autores contemporáneos y Paul Auster se me presenta con esta pequeña obra de 171 páginas en la versión de bolsillo.
Tombuctú se lee fácil, con un lenguaje al alcance de todos, sin rimbombancias ni florituras, pero sin rebajarse a lo vulgar. Se trata de un lenguaje a la altura de la personalidad de cada uno de los personajes de la novela.
La trama es sencilla, Mr Bones es un perro sin pedigrí y esta es la historia de su existencia y de las personas con quien la comparte, especialmente su primer dueño, William Gurevitch, un poeta callejero que se desliza hacia el abandono hacia si mismo y que alterna la paranoia con momentos de extraordinaria lucidez.
Me ha gustado mucho a la vez que me ha dejado un regusto agridulce en el paladar. A lo largo de su lectura llegas a sentir lo que Mr. Bones siente: pena, alegría, desilusión, entusiasmo... todo ello según la cadencia de tiempos manejada con maestría por su autor.
Te lo recomiendo.
viernes, 29 de agosto de 2008
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